lunes, 7 de enero de 2013

MENDEZ Y TOXO REMITEN CARTA AL GOBIERNO Y PATRONAL, UNA PROPUESTA CLAUDICANTE

Más de lo mismo en el sindicalismo de concertación y consenso de CCOO y UGT

Hacemos una valoración de las “Propuestas sindicales para promover el crecimiento, el empleo y la cohesión social, ante la crisis de la economía española”. Desde EA Canarias consideramos que el Gobierno con sus decretazos ha roto el diálogo.   

El 26 de diciembre de 2012, Cándido Méndez y Fernández Toxo, secretarios generales de UGT y CCOO remitieron al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una carta en la que le reprochan la falta de diálogo desde que fue elegido presidente, lo que ha dado lugar, dicen en la carta, a las movilizaciones habidas en 2012, incluidas dos Huelgas Generales. Realmente, las movilizaciones son las respuestas a las decisiones del Gobierno, contrarias a los intereses de la mayoría social, y no, simplemente, el resultado de la falta de negociación.

Las agresiones no se han detenido e incluyen recortes sustanciales en los nuevos presupuestos, en Sanidad, Educación, dependencia, subsidios de desempleo, salario condiciones de trabajo y empleo en la Administración Pública. Por otro lado, está prevista una reforma en la Administración que reduciría el empleo en un  20%; fundamentalmente en Ayuntamientos y Comunidades; también la reforma del sistema de pensiones, penalizando la jubilación anticipada y parcial, acortando el plazo para prolongar la vida activa hasta los 67 años, aumentando el periodo de cómputo para determinar las cuantía de las pensiones contributivas, o ampliando la vida laboral en función del aumento de la esperanza de vida. 

No ha habido diálogo. Se continúa despojando de derechos a la población asalariada, reduciendo la protección legal, abaratando y facilitando el despido, y limitando la eficacia de la negociación colectiva a su mínima expresión. Se habla ya, abiertamente de una nueva regulación del derecho de huelga, para dificultar, aún más su realización. 

En este panorama, con el anuncio de las nuevas medidas, Toxo y Méndez hacen propuestas que esperan sean tenidas en cuenta para “iniciar un proceso de diálogo social y concertación”. Quieren “contribuir  a amortiguar sus consecuencias”... (de la crisis). Recuerdan que “se han impuesto políticas centradas exclusivamente en el ajuste…, sin que, por otra parte, se hayan dado ninguno de los resultados que en apariencia las justifican”. 

Piden, pues, que el documento que presentan sea tenido en cuenta “para iniciar un proceso de diálogo y concertación que es lo que este país necesita”. 

Las propuestas del documento no son nada novedosas. Son mas bien la continuidad y actualización de la carta al Consejo de la UE remitida el 7 de diciembre de 2011, “Por un nuevo contrato social europeo”, firmada por los secretarios generales de confederaciones sindicales del Estado español, Alemania, Italia, Francia y Bélgica, es decir, por las direcciones de la Confederación Europea de Sindicatos, a espaldas de lo que vienen clamando y pidiendo en la calle la ciudadanía. 

¿Que decía el documento de 7-12-2011? 
Constataban la gravedad de la crisis económica y financiera, la posibilidad de una recesión económica generalizada, y, en medio de la crisis, el peligro de ruptura del euro y la desnaturalización o desaparición del proyecto europeo. 

Fechan el giro a políticas de austeridad de la UE en la reunión del Consejo Europeo del 9-5-2010, en el que, con el objetivo de recobrar la confianza de los mercados financieros, se impusieron políticas de austeridad basadas en el recorte del gasto público, y en reformas estructurales: mercado de trabajo, sanidad, educación, empleo público, pensiones. 

Consideran las direcciones sindicales firmantes que dicha política ha fracasado, porque la crisis de la deuda se ha extendido, el crecimiento económico se ha frenado, ha aumentado el desempleo, la precariedad, la pobreza y la desigualdad. Advierten de la pérdida de cohesión social, y de la falta de solidaridad entre Estados. Concluyen que la UE promueve la erosión del modelo y el pacto social que, después de la II Guerra Mundial permitió construir los Estados de Bienestar y propiciar el proyecto que dio lugar a la UE.    

Piden que se mantenga el proyecto europeo con otras políticas favorables a la “democracia social y política y a la participación ciudadana. 

Tras este diagnóstico, hacen una serie de propuestas para salir de la crisis económica y política de la UE:

a) Asegurar la capacidad financiera de los Estados mediante la emisión de eurobonos, y la conversión del BCE en garante de último recurso. La reducción del déficit debería hacerse con plazos más amplios, con lo que podrían destinarse recursos para promover el crecimiento económico y la creación de empleo.  
b) Rechazan las reformas basadas en recortes, disminución de salarios y limitación de la capacidad de negociación colectiva.
c) Exigen una política fiscal común, armonizada en el conjunto de la eurozona y en toda la Unión. Piden normas comunes para responder a las dimensiones económicas, sociales y ambientales del crecimiento. 
d) Prioridad a la creación de empleo. 
e) Aumento del presupuesto de la UE. 

Creen necesario establecer un nuevo contrato social y económico, con la participación de los trabajadores, cuyos apartados deberían ser: empleo, salarios, pensiones, protección social, protección por desempleo, educación y salud. 

Afirman que el pacto fiscal, la redistribución de la riqueza, la consolidación del derecho laboral y la negociación colectiva han sido los cimientos del más prolongado periodo de crecimiento en Europa. 
La carta, dirigida al Consejo de Europa que se reunía el 9 de diciembre de 2011, no recibió ninguna atención. La política de austeridad siguió su curso inexorable, con los resultados que todos conocemos, sobre todo en los países de la periferia: Irlanda, Portugal, Grecia, España. 

Pasado un año justo, CCOO y UGT renuevan la petición de diálogo. Eluden su responsabilidad en la reforma del sistema de pensiones, acordada con Rodríguez Zapatero, y olvidan que aceptaron Maastricht, el Tratado europeo y la política que condujo a la creación del euro. Siendo corresponsables de sus consecuencias, quieren volver a la situación anterior a 2007.  

En el documento remitido a Rajoy, después de hacer su diagnóstico de la situación, de rechazar las política centradas en la reducción del gasto público, la protección social y la pérdida de derechos laborales, en ningún momento se preguntan por qué  el Consejo, la Comisión, el BCE, el FMI o el mismo Rajoy insisten en sus políticas y no prestan atención a las llamadas al diálogo. 

Alaban, como un modelo de negociación el acuerdo de reforma de las pensiones, firmado con Rodríguez Zapatero, y el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, suscrito con la patronal en enero de 2012, que admitía la flexibilidad interna, la congelación salarial y el arbitraje, con el objetivo de mejorar la productividad y la competitividad. Rechazan la Reforma Laboral, recibida con alborozo por los mismos empresarios con los que firmaron el acuerdo de enero. Una reforma que facilita y abarata el despido, y que permite al empresario los EREs  sin control previo, o el incumplimiento de convenios y la desaparición de la ultraactividad. 

Por otro lado, embellecen el pasado anterior al inicio de la crisis, sin reconocer en ningún momento que la crisis económica, más allá de su origen en el mundo de las finanzas, es consecuencia de las políticas  de privatización, de desmantelamiento de las funciones de regulación y redistribución de los Estados, de financiarización de la economía. 

No reconocen que el Tratado de Maastricht, la creación del euro, el Tratado de la Unión, son hijos legítimos de una concepción neoliberal que CCOO, UGT y otros sindicatos europeos han apoyado. Recordemos el apoyo en el referéndum sobre la Constitución Europea. 

En su carta, repiten y actualizan las propuestas de la carta del 7 de diciembre de 2011. Resumidamente, son:  

1) Reforzar el BCE y el MEDE. El BCE, prestamista de última instancia. Creación de eurobonos. Retraso en el plazo de reducción de la Deuda, y realización de inversión pública. 
2)  Aumento de la presión fiscal sobre sociedades y rentas del  capital. 
3)  Promoción de empleo. Pacto laboral. 
4)  Aumento del presupuesto de la UE. 

A unos sindicatos adaptados al consenso con el capital, a la negociación subordinada alas expectativas de redistribución de los beneficios empresariales, encerrados en el ámbito estatal, no se les ocurre plantearse que la implantación del neoliberalismo, de la desregulación económica, del desmantelamiento de servicios y empresas públicas es la respuesta del capital ante el final del ciclo expansivo iniciado en 1945 y finalizado en 1973. 

Para compensar la tendencia a la bajada de beneficios, la respuesta ha consistido en la desregulación, la subordinación y pérdida de competencias del Estado, el desmantelamiento del sector público, la mercantilización de los servicios sanitarios y educativos, la reducción de las pensiones y el traspaso de los recursos a la gestión de fondos de pensiones, la reducción salarial y la deslocalización industrial, libertad de movimientos de mercancías y capitales, y el saqueo de los países menos competitivos. 

Para compensar la reducción salarial y mantener el consumo, se fomenta el crédito y el endeudamiento. Es el caso de la burbuja inmobiliaria. Así se generó la crisis en USA, y se extendió a la UE. 

Ahora, los mismos que han provocado la crisis, pretenden superarla y continuar acumulando beneficios procediendo a una gigantesca transferencia de recursos desde las capas asalariadas al capital, mediante rebajas salariales, desmantelamiento y privatización de servicios, conversión de deuda de los bancos en Deuda pública. 

La propuesta de negociación de CCOO y UGT es ilusoria e inútil. 

Es necesaria otra tabla de reivindicaciones que ataque directamente el centro desde donde se ha desatado la epidemia: el capital financiero, los bancos y fondos de finanzas. Hay que nacionalizar la banca sostenida con fondos públicos, y someter al conjunto al escrutinio y control social. 

Hay que deshacer el nudo de la deuda, rechazando el pago de la ilegítima y odiosa, y declarando la moratoria del resto de la deuda externa, negociando con los acreedores una quita, que permita salir de la crisis y continuar la actividad productiva. 

Hay que reformar la fiscalidad, aumentando los impuestos de sociedades y de rentas del capital, de patrimonio y sucesiones. Hay que perseguir el fraude fiscal. 

Hay que reforzar el sector público de la economía, sobre todo las empresas que gestionen sectores estratégicos: infraestructuras, transporte, producción y distribución de energía, agua, biotecnología. 
Estas propuestas para salir de la crisis no pueden ser aceptadas por los representantes de capital, porque cuestionan su modo de producción y depredación de la sociedad y la naturaleza. Pero se pueden imponer con la acción concertada de los pueblos de la UE, mediante la asunción de una plataforma común de lucha. La respuesta ciudadana a la huelga del 14 de noviembre pasado es un excelente indicador social en esta dirección.

Por el contrario, la propuesta de diálogo de CCOO y UGT distrae la atención sobre el origen y la naturaleza de la crisis, deja la iniciativa en manos del Gobierno y de las instituciones europeas, y no levanta un programa reivindicativo que unifique las luchas para derrotar las políticas capitalistas

Otro mundo es posible, otro capitalismo, no.

Canarias, a 4 de enero de 2013

Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Enseñanza Asamblearios de Canarias (EACanarias). 

  
Aclaraciones al texto:
1.- El documento presentado en noviembre de 2011  "Por un nuevo contrato social europeo"
3.- Nota de la redaccióna las siglas MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) es un organismo intergubernamental creado por el Consejo Europeo en marzo de 2011, que funciona como un mecanismo permanente para la gestión de crisis para la salvaguardia de la estabilidad financiera en la zona euro en su conjunto. Este mecanismo entró en vigor el 1 de julio de 2012.

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